lunes, 8 de junio de 2009

~ cimientos ~

Mi madre me ha dado esta analogía cliché de la construcción de un edificio-la construcción de una relación.


Un edificio se construyó, no hay que ver espejismos: ya no está. Hubo un terremoto, que lo destruyó casi todo. Casi todo. Nos dejó sacudidos los corazones, humadera opacante nos irritó los ojos. Ahora la sombra poco a poco desaparece y la luz comienza a calentar el piso que nos rodea.

Pero los cimientos están ahí: me lo dice ella, me lo dice mi corazón. Ahí están. Retomar será más facil... no se parte de cero, está el conocimiento aprendido del otro con tanto esfuerzo. Está el amor. Está ahí todavía.

Ahora yo pienso: hay que alejarse un poco. Ver el panorama de destrucción. Aceptar que ya no hay nada que impida ver el cielo, las nubes detrás, la luna. Aceptar que hay un inmenso vacío. Echarse para atrás, ver ese paisaje y entonces... sólo entonces visualizar una nueva construcción, ser realistas con los materiales, con las herramientas, con la realidad de lo que hay. Quedará entonces el recuerdo de lo que fue y con fuerza (después de tanto aprendizaje) se podrá superar lo que hizo que no resistiera la trepidación para construir de nuevo y armonizar el paisaje que cada quién verá desde su ventana.

1 comentario:

javier dijo...

Me hiciste recordar una frase de Nietzche: al acabar de construir una casa, uno se da cuenta de todo lo que debería haber sabido antes de comenzar... =) Nosotros ya construimos una y no aguantó, sabemos por qué. Ahora que estamos construyendo de nuevo, tiremos hasta los cimientos (creo que en eso estamos... recogiendo pedazos enterrados). El conocimiento sigue vivo y la energía que quiere seguir construyendo.

¿Olvidar? Jamás, dices. Construyamos conociéndonos sin miedo.

Te amo,