Hundirse buscando en sus rincones
alargando los fustes de cada una de sus letras.
Vivir para ellas, desde ellas y para adelante,
empaparse de su pulpa interpretada.
Liberarse y despegar con ellas
abusando indiscriminadamente.
Matarlas y revivirlas con colores distintos
opacos, luego vivos y cálidos.
Morir: dejar de vivir para ellas
enterrarlas y escribir sus nuevas raíces.
Regenerarlas en fractales
calcular, reciclar, apostar.
Crear las propias y salir del abismo;
inagotable abismo de las que te sostienen.
Las palabras.
lunes, 22 de junio de 2009
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