martes, 8 de septiembre de 2009

~ primer escupitajo ~

Escrito para Jvr el 07/03/07


Cuando hojeo un libro me gusta fijarme en la primera y la última palabra que aparecen, luego en la primer y última idea de la que se habla. Será una manía. En un momento puede cambiar el sentido de lo que existe y transformarse en lo que no se había visto aún. Como la dirección de una carta, como el azar en el juego para el que al final una mano mueva las fichas. Ya no es para ti esto que escribo. Por que ya no se me antoja el cielo cerrado en su asustadizo gris.


La paciencia se me acababa, para la contradicción de alguien como otro; y como un azote de inseguridad y parásito del pasado me viene el reflejo de ser la intrusa. Mas allá de las hormonas, mis yos, mis egos, mi absurda creencia de superioridad en el entendimiento y las sensaciones. El hecho se sobrepasa a si mismo cuando se cree correctamente realizado. Escupo cosas y camino, acaricio las justificadas decisiones. Entonces llega, la corriente de arte, la fluida caricia que va estampando cuando incita a recoger pedazos de memoria, baña de empatía la cabeza sin ocultarle que de ella quedará poco, tal vez lo suficiente para que la misma historia se repita infinitamente.


No hay solamente demonios, no es esto, esto y esto todo lo que hay, la opción que queda es el respeto a la condena de estar vivos, a la lucha por demostrar que realmente no es una condena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tú eres mi sentencia liberadora, el final de mi condena, un párpado al amanecer.